El maravilloso Palacio, que en el Renacimiento acogió a Raffaello, hoy en día es el lugar perfecto para descubrir Florencia y sus tesoros. La gran tradición de la hospitalidad italiana, encuentra entre sus paredes el marco ideal. Dormir en las maravillosas Suites con frescos, descansar en los salones llenos de tesoros artísticos, o degustar exquisitos vinos y delicias antiguas, son momentos preciosos que dan la bienvenida a los huéspedes en este encantador lugar. La armósfera profundamente evocadora, hace posible el deseo de cada viajero, es decir, la experiencia de una Florencia auténtica, única y absolutamente especial. Todo está preparado para que la estancia de los huéspedes sea inolvidable: Postres y vinos de la gran tradición toscana están siempre disponibles en el hall de recepción o en las habitaciones. Los muebles, los objetos, los libros y la musica, han sido pensados para acompañar el bienestar de los huéspedes. Pero es sin duda alguna la belleza antigua del Palacio a hacer inolvidable el viaje dentro de sus paredes.
En el corazón del centro histórico. ¡A pocos metros del Duomo, del David de Miguel Ángel, del Ponte Vecchio y de todas las maravillas de Florencia!
Entrando en el patio construido en el Renascimiento, la estatua de Diana acoge a los huéspedes con su sonrisa enigmática y dulce: la pátina del tiempo ha hecho que su belleza sea aún más encantadora.